Por fin estamos de vuelta después de unos días de descanso y dedicándolos a mi familia. Durante este pequeño parón, me ha dado tiempo a pensar mucho y a reflexionar sobre la vida que tenemos ahora, así que el pasado domingo, de camino a la Vall de Núria, le dije a David quiero vivir en el campo.
Al soltar esa frase se giró y empezó a decirme que si no había nada que hacer en un pueblo y las demás excusas que todos los urbanitas de dicen, ojo! que yo también soy urbanita eh! Pero ya os digo, este domingo mi cabeza hizo click.
Así que para saciar mis ansias de una bonita casa campestre, hoy os enseño esta casa en la campiña inglesa que seguro que os enamora.
¡Hola Sara!
ResponderEliminarMe encanta sobre todo por la iluminación que tiene la casa, se ve muy acogedora. Yo soy también muy urbanita, pero una casa en el campo no está mal para desconectar unos días, eso sí, viene ideal. Igual más adelante puedes cumplir tu sueño y comprarte una pequeña casa en el campo. Un beso y feliz vuelta!